El juego es una valiosa herramienta de comunicación e interacción con aquellos a quienes queremos. Proporciona un espacio distendido, donde podemos mostrarnos y también experimentar. Favorece momentos donde todo es posible y nos permite divertirnos juntos, aprendiendo y dedicándonos una atención activa en un ambiente relajado.
A continuación, mencionaremos los beneficios de disfrutar un tiempo en familia:
- Estimula en los niños la capacidad para jugar
Los padres tienen un papel fundamental a la hora de facilitar las condiciones necesarias para que el juego de los niños se desarrolle de manera natural y espontánea.
Se debe planificar un tiempo y un espacio para jugar, más allá de las múltiples actividades formativas y deportivas que deseamos que hagan los niños.
- Jugar con los hijos ayuda a transmitir actitudes y valores
La familia es muy importante en la socialización de los niños, el juego permite al adulto formar parte de una vivencia donde está especialmente receptivo para mostrar modelos positivos y educar en los valores que configuran nuestra manera de ser y de hacer, en definitiva, nuestra cultura.
- Promueve la diversidad y la riqueza del juego
Es importante elegir los juguetes pensando en el niño o la niña en concreto, teniendo en cuenta su edad, sus necesidades de juego y sus capacidades.
Los adultos tenemos más recursos cognitivos y criterios para animar a jugar con diferentes tipos de juego: manipulación y construcciones, juego simbólico, juegos de conocimientos y expresión plástica, juegos de mesa, juegos de movimiento y deportivos.
- Una buena comunicación y relación
Es necesario buscar la complicidad de los niños en la selección de juguetes. Hay que dialogar y compartir las decisiones a la hora de elegir qué juguetes se compran. Hay que apoyar las iniciativas de los niños, pero no siempre es necesario que tengan todo lo que piden. ¡Tener mucho no es garantía de jugar más! Cualquiera es un buen momento para contrastar ideas y opiniones acerca de la publicidad y la presión que ésta ejerce socialmente, por ejemplo: los roles de género, distinguir entre ficción y realidad.